lunes, 26 de noviembre de 2012

ANTAGONISMO, OPOSICIÓN Y MANIPULACION PASIONAL Por Adrián Torres Marcano


Caracas, martes, 27 de noviembre 

Chávez y el chavismo es una consecuencia. Sólo es menester hacer memoria y recurrir a la "historia vivida" en su despliegue conflictual, signada por la resistencia de las clases subalternas en su lucha por sobrevivir y dar cuenta de sus necesidades durante décadas. Estar contra Chávez y el proyecto sociopolítico que él propugna, no precisa identificarse con la derecha o la ultra. Sin embargo, hay "mentes lucidas" que desde su liberalidad e individualismo han decantado en un "antichavismo" que es idéntico a la postura más conservadora de la derecha. Se recubren en un discurso de apariencia democrática, que oculta la negación a toda práctica de popularización de las condiciones para el ejercicio efectivo de los derechos alcanzados por la lucha social de las clases sumergidas en la miseria. No como migaja de un bloque político, orientado desde los intereses de la burguesía nacional y trasnacional.  
Quienes desde la derrota, se regodean victimizándose, o quienes expresan el triunfo, pero al mismo tiempo, se hacen victimarios de su opuesto contribuyen a la promoción de la tristeza social y en consecuencia de impotencia colectiva. Ser opuesto, no es ser antagónico. En nuestro momento, el antagonismo no está en la base social de cada posibilidad sociopolítica. Tanto para “chavistas” o “antichavistas” de la base, el antagónico es la burguesía nacional y transnacional. Antagonismo entre clases irreconciliables; los capitalistas y la clase explotada (sectores medios y suablternos). No sólo como expresión económica y social, sino también como imaginario de construcción de subjetividad. La cual penetra la trama de relaciones y se concreta en los intereses corporativos donde pareciese que se diluye los criterios ideo-político de cada opción. Coincidiendo la práctica de cierta burocracia, cada vez más instrumental y negadora de las acciones populares, con el ejercicio burgués del individualismo posesivo justificado por y desde el mercado. En fin, establecer un horizonte donde lo particular se encuentra con lo general en mutuo dinamismo es el reto. Pero esto se proyecta con la pasión más fuerte y constructiva que es el amor (que al final es una pasión más).   

Los extremismos se identifican en sus prácticas aunque en apariencia sus motivaciones discursivas sean diferentes. La exclusión histórica de las clases subalternas ha orientado su lucha de visibilización ante el poder de la oligarquía nacional. Es lamentable que sectores medios hayan asumido este antagonismo hacia ellos, cuando también han sido víctimas de la lógica del egoísmo posesivo y en consecuencia del odio social heredado del mantuanaje. Es necesario penetrar la historia para comprender con razones nuestra actualidad y orientar nuestro porvenir. Reconocer las diferencias y nutrirnos de ellas, así como, hay que reconocer al antagónico real que beneficia de la contradicción interna vistiéndose de "demócratas" y "paz" cuando es el gendarme de la guerra.

Es una necesidad asumir la tensión entre lo singular y lo colectivo, sin que se caiga en la negación de uno de los términos en el proceso. Colocar la balanza en alguno de los lados presupone la negación. ¿Cómo establecer una praxis donde las singularidades no se diluyan ante el poder constituido, y se instituyan como potencia social de construcción institucional democrática? ¿En qué sentido lo colectivo no sucumbe ante el interés privado al establecerse como dominio económico, social, y político, sobre de los sectores subalternos, que impide cualquier praxis desde lo común? Tanto el capital en su lógica del mercado como el aparato burocrático desde la “Estadolatría”, oprimen, explotan y capturan deseos. Manejan las pasiones impotentes, promueven la tristeza como medio de dominio e incapacidad para el obrar de las subjetividades. Capturan el deseo y la potencia singular, nos envuelven en la ilusión de trascendencia del poder justificando la necesidad de una autoridad despótica, tecnocrática; privada o pública, con leguaje popular. Afirman, el poder es del pueblo, pero es el mercado o al Estado quienes deben manejar el poder, porque el pueblo no tiene la adultez necesaria para asumir sus espacios de organización colectiva.

Reitero mi interés por la lectura de nuestra actualidad desde la dimensión histórica, donde las contradicciones materiales, el anclaje a las necesidades y el aspecto teológico-político se conjugan configurando el antagonismo desde "verdades" secularizadas, que como una vez comentó, hace algunos años, el profesor Erik Del Bufalo, en su clase sobre Spinoza; la verdad en tanto enigma se destruye al ser descifrada; y agrego, los regímenes de verdad se muestran como ilusorios cuando se penetra evidenciando sus inconsistencias mediadas por intereses específicos a los que responden y a partir del cual se ejerce la dominación ideológica, política y afectiva. Expresada ésta en figuras individuales de construcción de realidad política quedando lo colectivo como accesorio de los proyectos que se forjan en la tensión entre el capital y los funcionarios de Estado. 

En nuestro contexto, y partiendo los resultados electorales del pasado 7 de octubre, además de la dinámica que se ha desarrollando hace algún tiempo en las dimensión políticas, social, mediática con efectos pasionales concretos: disociación, promoción del odio mutuo entre explotados, etc., me pregunto ¿Cual es la “verdad” para los sectores subalternos, para los sectores burocráticos del Estado y para la burguesía que postula el libre mercado? ¿Cómo garantizar que la cosa pública sea el espacio de constitución de lo público, disfrute de felicidad y no sólo, el imperio de lo formal desde el interés particular -muy particular desde quienes históricamente han elaborado la Ley, haciendo de sus prejuicios la ley de las mayorías, parafraseando a Helvetius- sino que coincida con el ejercicio democrático desde lo común (relación individuo-sociedad-ejercicio y participación del poder como afirmación y proceso de felicidad social)? Spinoza, plantea que de la óptima fundación de un Estado o su calidad dependerá del estado de la sociedad. Fundar una república precisa republicanos, de ciudadanos donde los intereses singulares coincidan con los generales y así, como también, refiere Simón Rodríguez en sus planteamientos, promover la felicidad social en la república naciente, pero ¿cuál es el medio para ello? Pienso que formarnos, formar y trasnvalorar valores, nuestras formas de vivir y producir la vida atendiendo a un contexto mayor que desborda nuestra territorialidad geográfica, imaginativa… Ir más allá del resentimiento y la mala conciencia. Qué reto para los revolucionarios, para el chavismo crítico y para la oposición no fascista. El mercado por un lado; y los burócratas, por el otro. Este es el drama de nuestra cotidianidad política. Libertarismo o estatismo. Al fin de cuentas ambas realidades se recrean en la manipulación, capturan los sueños y deseos de los sectores subalternos desde el manejo de sus necesidades, creadas e inmediatas.

Ante esta situación, la educación para la emancipación es una alternativa, como dice Freire, la educación dialógica en tanto quehacer humanista y liberador, la importancia radica en que los hombres sometidos a la dominación luchen por su emancipación”. Nuestro horizonte es continuar luchando contra los castradores de nuestra vida. Afirmar lo humano que la tecnocracia testarudamente esfuerza en negar. 


1 comentario:

  1. Los sistemas extremistas viéndolo desde todo ámbito hace que las personas se cieguen y no crean ni persiban las cosas que hace, sus ideologías se respetan, más sin embargo la burocracia es penetrante en los sistemas esos que llaman partidos, unos a base del mercadeo otros luchando contra el "Capitalismo" pero en el fondo las bases son flácidas, y del poder ese del querer viene en conocernos y fortaleciéndonos a nosotros mismo las clases bajas esas que mantenemos a un "Dios". ¿de que como podemos luchar?, en conjunto contra la Burocracia si en en nuestra propia sociedad la difamación de ésta es tan grande y extensa la inmensidad de las pasiones ligadas a la política y cualquier otro reflejo de ella
    la política como IDEA por eso que hay de política de estado, casa o política personal
    horizonte de dinamismo de representación de la acción en las políticas la representación y manifestaciones deben ser movimas no por un gobernante sino desde la base de la sociedad los sentires viven en el pueblo en las personas
    no es una política o Idea de un individuos sino miles de sentimientos que no pueden ser repartidos. Efigenia Jurado

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