sábado, 5 de mayo de 2012

La indignación que fermentó en la universidad

por  Luis Giménez San Miguel, Madrid. En Público.es

Estudiantes y profesores reflexionan sobre este año en el que la indignación ha dado el salto a las facultades y ha crecido contra los recortes en Educación.

- “Si la Universidad no resiste, dentro de unos años, no quedarán de ella más que ruinas”.
-  ”La divisoria entre el 1% y el 99% también está muy presente en la universidad” .

Estudiantes luchan La indignación que fermentó en la universidad
Hace un año, las plazas de ciudades y pueblos de España despertaron y se encendió la indignación contra la gestión política de la crisis económica y exceso de poder de los grandes partidos en el actual sistema democrático. De las plazas el movimiento dio el salto a los barrios y como reacción a los recortes impuestos por el nuevo Gobierno del Partido Popular, se coló en las facultades.
Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, explica que “la Universidad lleva muchos años en pie de guerra contra la mercantilización de la enseñanza. Desde el Informe Bricall en el año 2000 al proceso de Bolonia y ahora al ajuste estructural de la crisis económica”. Mientras, Raquel Huerta, estudiante que participó en el movimiento anti-Bolonia y ahora en Juventud Sin Futuro, comenta que en las facultades “ya se practicaba la horizontalidad que ha caracterizado al 15-M“. Además, la ocupación del espacio público y común dentro de las facultades y la desobediencia pacífica eran su forma de acción y también sus señas de identidad.
Después de la lucha contra el plan Bolonia hubo un “corto periodo de silencio en el movimiento estudiantil”. Sin embargo, esa paz en las facultades no estaba destinada a durar, pues llegó la crisis económica que golpeó con fuerza a los jóvenes de toda España. Con una tasa de paro juvenil que se aproximaba ya entonces al 50%, las medidas de austeridad promovidas desde el Gobierno y los aires de revuelta que provenían de las movilizaciones estudiantiles en otros países como Italia e Inglaterra, grupos de estudiantes de Madrid pusieron en marcha la iniciativa Juventud Sin Futuro.
El 7 de abril de 2011, convocados por Juventud Sin Futuro, miles de jóvenes universitarios y trabajadores precarios salieron a la calle con un lema con el que se sentían identificados: “Sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo”. Esta movilización fue el precedente de lo que vendría un mes más tarde. El 15 de mayo Juventud Sin Futuro llamó también a la marcha convocada por Democracia Real Ya y miles de personas de todas las edades tomaron las calles ese día. Se abría así “el mayo de las plazas”.
En la Puerta del Sol, en Plaça Catalunya y en tantas otras plazas españolas empezaron a surgir grupos de alumnos y profesores de muy distinta índole que querían llevar el movimiento a las facultades, donde tímidamente empezaron a surgir de nuevo asambleas de estudiantes indignados. Raimundo Viejo, profesor en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, explica que la reacción desde las facultades ha sido diversa, pues hay “una gama que va desde el rector conservador al estudiante activista”.
Este profesor remarca que “recortes y democracia no son compatibles, por lo que movilizarse contra los recortes es movilizarse por la democratización y contra la cleptocracia”. Y es que “los recortes en Educación responden a un marco estratégico general del mando que se viene imponiendo desde la contrarrevolución neoliberal de los ochenta. Son los golpes que aspiran a demoler el acceso a la universidad de las clases históricamente excluidas.”
Con las movilizaciones contra los recortes de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, los universitarios indignados marcharon junto a los profesores de Primaria y Secundaria en las manifestaciones de la ‘marea verde’. Este movimiento, formado por profesores, alumnos y padres en defensa de la Educación pública, en su práctica y en sus formas recogía muchas de las reinvindicaciones del 15-M. Así, al calor de estas movilizaciones, el movimiento de estudiantes indignados volvió a llenar las facultades de asambleas con la iniciativa ‘Toma la Facultad’.
Víctor Valdés, portavoz de ‘Toma la Facultad’, explica que este movimiento “ha sido capaz de generar una identificación como espacio de confluencia y lucha, que a día de hoy está en construcción”. Estos estudiantes mantienen la confluencia con el 15-M, pero también con otros espacios, por lo que han preferido mantener una cierta autonomía. Aun así, “la indignación ha sido muy viral y se ha generado una cierta identificación con el 15-M en diversas asambleas y comisiones” piensa Valdés.
Respecto a las reivindicaciones, este joven madrileño explica que han “pasado del ‘no’ a la mercantilización, a la lucha contra los recortes y la deuda, así como actualmente contra el ‘tasazo’. En el reverso de la cuestión, sí que hay una oposición consciente a la crisis y a las medidas de las élites económicas y políticas”.
Mientras tanto, en Barcelona los estudiantes y profesores también han protagonizado masivas movilizaciones en defensa de Educación pública. César Castañón Ares, estudiante de máster en la Autónoma de Barcelona y activista de la Plataforma Unitaria en Defensa de la Universidad Pública (PUDUP), explica que “el estallido del movimiento del 15-M coincidió con la organización de un movimiento universitario contra los recortes del Govern de la Generalitat” y “desde el primer momento existieron muchas sinergias con el 15-M”.
Sin embargo, “los ataques son más fuertes cada semana que pasa y a la política de recortes de la Generalitat se suma ahora el reformismo anti-social del PP”. Además, “la escalada represiva contra cualquier forma de disidencia política demuestra la falta de argumentos por parte del Gobierno”.
Entonces llegó febrero e irrumpió la ‘Primavera Valenciana’ a raíz de la movilización de los jóvenes alumnos del Instituto Lluís Vives contra los recortes del Govern de Fabra que estaban dejando las aulas sin luz ni calefacción. Como había pasado con el 15-M, el movimiento se expandió a través de las redes sociales por todo el país y también pasó a las facultades. El movimiento crecía cada vez más y nacía así la ‘Primavera Estudiantil’.
De esta forma, las facultades se han convertido en uno de los bastiones de resistencia contra los recortes tanto del Gobierno de Rajoy como de los distintos ejecutivos autonómicos, pues “trastocan la esencia de la universidad pública”. De hecho, Fernández Liria afirma que “si la Universidad no resiste, dentro de unos años, de ella no quedarán más que ruinas. Y lo mismo puede decirse de la Educación Secundaria o Primaria, o de la Sanidad pública. Estamos en medio de una auténtica revolución neoliberal. O resistimos en todas partes o esto se acabó”.
En cuanto a la participación de los profesores en este movimiento, Liria explica que “unos pocos sí han participado y muy activamente”. Sin embargo, “en general, los profesores universitarios no se movilizarían ni aunque les arrancaran la piel a tiras”. También el profesor Raimundo Viejo cree que no han participado “ni la décima parte de los que deberían”.
Viejo remarca que “la línea divisoria entre la élite del 1% y el 99% restante también está muy presente en la universidad”. Por un lado, han participado profesores “como aquella figura romántica del intelectual ‘engagé’ que conocieron en los sesenta” que, por lo general, fueron invitados a las asambleas “desde la auctoritas de su posición académica”. En contraposición, está “la figura emergente del cognitariado precario de masas propia del capitalismo actual”, y éste “era 15-M, era multitud”.
“Transmitir indignación, dentro y fuera de la universidad, es un problema ético, estético y, por encima de todo, político”. Porque, pese a todo, “somos perfectamente conscientes de que la universidad siempre ha sido tan acomodaticia para el 1% como laboratorio de experimentación antagonista para el 99%”, finaliza.
La confluencia entre el 15-M y el movimiento universitario sigue más viva que nunca. Para el próximo 10 de mayo han convocado una huelga y manifestaciones universitarias en distintos puntos de España. Además, de cara a las movilizaciones de 12M-15M los estudiantes están preparando un bloque en el que hacer visibles sus propias demandas, especialmente contra la subida de tasas que ha planteado el ministro de Educación José Ignacio Wert.

Tomado de: http://vamosacambiarelmundo.org

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