Caracas, martes, 27 de
noviembre
Chávez y
el chavismo es una consecuencia. Sólo es menester hacer memoria y recurrir a la
"historia vivida" en su despliegue conflictual, signada por la
resistencia de las clases subalternas en su lucha por sobrevivir y dar cuenta
de sus necesidades durante décadas. Estar contra Chávez y el proyecto
sociopolítico que él propugna, no precisa identificarse con la derecha o la
ultra. Sin embargo, hay "mentes lucidas" que desde su liberalidad e
individualismo han decantado en un "antichavismo" que es idéntico a
la postura más conservadora de la derecha. Se recubren en un discurso de
apariencia democrática, que oculta la negación a toda práctica de popularización
de las condiciones para el ejercicio efectivo de los derechos alcanzados por la
lucha social de las clases sumergidas en la miseria. No como migaja de un
bloque político, orientado desde los intereses de la burguesía nacional y
trasnacional.
Quienes
desde la derrota, se regodean victimizándose, o quienes expresan el triunfo,
pero al mismo tiempo, se hacen victimarios de su opuesto contribuyen a la
promoción de la tristeza social y en consecuencia de impotencia colectiva. Ser
opuesto, no es ser antagónico. En nuestro momento, el antagonismo no está en la
base social de cada posibilidad sociopolítica. Tanto para “chavistas” o
“antichavistas” de la base, el antagónico es la burguesía nacional y
transnacional. Antagonismo entre clases irreconciliables; los capitalistas y la
clase explotada (sectores medios y suablternos). No sólo como expresión
económica y social, sino también como imaginario de construcción de
subjetividad. La cual penetra la trama de relaciones y se concreta en los
intereses corporativos donde pareciese que se diluye los criterios ideo-político
de cada opción. Coincidiendo la práctica de cierta burocracia, cada vez más
instrumental y negadora de las acciones populares, con el ejercicio burgués del
individualismo posesivo justificado por y desde el mercado. En fin, establecer
un horizonte donde lo particular se encuentra con lo general en mutuo dinamismo
es el reto. Pero esto se proyecta con la pasión más fuerte y constructiva que
es el amor (que al final es una pasión más).
Los
extremismos se identifican en sus prácticas aunque en apariencia sus
motivaciones discursivas sean diferentes. La exclusión histórica de las clases
subalternas ha orientado su lucha de visibilización ante el poder de la
oligarquía nacional. Es lamentable que sectores medios hayan asumido este
antagonismo hacia ellos, cuando también han sido víctimas de la lógica del
egoísmo posesivo y en consecuencia del odio social heredado del mantuanaje. Es
necesario penetrar la historia para comprender con razones nuestra actualidad y
orientar nuestro porvenir. Reconocer las diferencias y nutrirnos de ellas, así
como, hay que reconocer al antagónico real que beneficia de la contradicción
interna vistiéndose de "demócratas" y "paz" cuando es el
gendarme de la guerra.
Es una
necesidad asumir la tensión entre lo singular y lo colectivo, sin que se caiga
en la negación de uno de los términos en el proceso. Colocar la balanza en
alguno de los lados presupone la negación. ¿Cómo establecer una praxis donde
las singularidades no se diluyan ante el poder constituido, y se instituyan
como potencia social de construcción institucional democrática? ¿En qué sentido
lo colectivo no sucumbe ante el interés privado al establecerse como dominio
económico, social, y político, sobre de los sectores subalternos, que impide
cualquier praxis desde lo común? Tanto el capital en su lógica del mercado como
el aparato burocrático desde la “Estadolatría”, oprimen, explotan y capturan
deseos. Manejan las pasiones impotentes, promueven la tristeza como medio de
dominio e incapacidad para el obrar de las subjetividades. Capturan el deseo y
la potencia singular, nos envuelven en la ilusión de trascendencia del poder
justificando la necesidad de una autoridad despótica, tecnocrática; privada o
pública, con leguaje popular. Afirman, el poder es del pueblo, pero es el
mercado o al Estado quienes deben manejar el poder, porque el pueblo no tiene
la adultez necesaria para asumir sus espacios de organización colectiva.
Reitero
mi interés por la lectura de nuestra actualidad desde la dimensión histórica,
donde las contradicciones materiales, el anclaje a las necesidades y el aspecto
teológico-político se conjugan configurando el antagonismo desde
"verdades" secularizadas, que como una vez comentó, hace algunos
años, el profesor Erik Del Bufalo, en su clase sobre Spinoza; la verdad en
tanto enigma se destruye al ser descifrada; y agrego, los regímenes de verdad
se muestran como ilusorios cuando se penetra evidenciando sus inconsistencias
mediadas por intereses específicos a los que responden y a partir del cual se
ejerce la dominación ideológica, política y afectiva. Expresada ésta en figuras
individuales de construcción de realidad política quedando lo colectivo como
accesorio de los proyectos que se forjan en la tensión entre el capital y los
funcionarios de Estado.
En
nuestro contexto, y partiendo los resultados electorales del pasado 7 de
octubre, además de la dinámica que se ha desarrollando hace algún tiempo en las
dimensión políticas, social, mediática con efectos pasionales concretos:
disociación, promoción del odio mutuo entre explotados, etc., me pregunto ¿Cual
es la “verdad” para los sectores subalternos, para los sectores burocráticos
del Estado y para la burguesía que postula el libre mercado? ¿Cómo garantizar
que la cosa pública sea el espacio de constitución de lo público, disfrute de
felicidad y no sólo, el imperio de lo formal desde el interés particular -muy
particular desde quienes históricamente han elaborado la Ley, haciendo de sus
prejuicios la ley de las mayorías, parafraseando a Helvetius- sino que coincida
con el ejercicio democrático desde lo común (relación
individuo-sociedad-ejercicio y participación del poder como afirmación y
proceso de felicidad social)? Spinoza, plantea que de la óptima fundación de un
Estado o su calidad dependerá del estado de la sociedad. Fundar una república
precisa republicanos, de ciudadanos donde los intereses singulares coincidan
con los generales y así, como también, refiere Simón Rodríguez en sus
planteamientos, promover la felicidad social en la república naciente, pero
¿cuál es el medio para ello? Pienso que formarnos, formar y trasnvalorar
valores, nuestras formas de vivir y producir la vida atendiendo a un contexto
mayor que desborda nuestra territorialidad geográfica, imaginativa… Ir más allá
del resentimiento y la mala conciencia. Qué reto para los revolucionarios, para
el chavismo crítico y para la oposición no fascista. El mercado por un lado; y
los burócratas, por el otro. Este es el drama de nuestra cotidianidad política.
Libertarismo o estatismo. Al fin de cuentas ambas realidades se recrean en la
manipulación, capturan los sueños y deseos de los sectores subalternos desde el
manejo de sus necesidades, creadas e inmediatas.
Ante esta
situación, la educación para la emancipación es una alternativa, como dice
Freire, “la educación dialógica en tanto quehacer humanista y
liberador, la importancia radica en que los hombres sometidos a la dominación
luchen por su emancipación”. Nuestro horizonte es continuar luchando contra los
castradores de nuestra vida. Afirmar lo humano que la tecnocracia
testarudamente esfuerza en negar.
Los sistemas extremistas viéndolo desde todo ámbito hace que las personas se cieguen y no crean ni persiban las cosas que hace, sus ideologías se respetan, más sin embargo la burocracia es penetrante en los sistemas esos que llaman partidos, unos a base del mercadeo otros luchando contra el "Capitalismo" pero en el fondo las bases son flácidas, y del poder ese del querer viene en conocernos y fortaleciéndonos a nosotros mismo las clases bajas esas que mantenemos a un "Dios". ¿de que como podemos luchar?, en conjunto contra la Burocracia si en en nuestra propia sociedad la difamación de ésta es tan grande y extensa la inmensidad de las pasiones ligadas a la política y cualquier otro reflejo de ella
ResponderEliminarla política como IDEA por eso que hay de política de estado, casa o política personal
horizonte de dinamismo de representación de la acción en las políticas la representación y manifestaciones deben ser movimas no por un gobernante sino desde la base de la sociedad los sentires viven en el pueblo en las personas
no es una política o Idea de un individuos sino miles de sentimientos que no pueden ser repartidos. Efigenia Jurado